miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sensatez por el contexto

 
El Barça está sumido en un círculo vicioso: tras una veintena de victorias llega la derrota, como es lógico, y es entonces cuando esa jauría que conocemos ambiguamente como el entorno se manifiesta para criticar duramente todo lo que se mueva y vista de azulgrana, como una torreta automática en un pasillo atestado de soldados. No es sensato, como tampoco lo es afirmar tan rotundamente que el equipo “ha vuelto a ser el de antes” tras dos victorias frente a un club de Segunda División B y otro que no se jugaba nada. Nada ha cambiado, y para que una crisis termine primero debe haber existido.

Sensatez por el contexto, lo cual no quiere decir que no haya cosas por las que alegrarse. Por primera vez en semanas, el Barça se reconoció a sí mismo y fue una máquina de fútbol. Martino no se tomó el partido a manera de trámite: nunca lo hace. El Tata dio una nueva oportunidad a Sergi Roberto que completó un partido académico juntándose con el mejor Busquets de la temporada en una suerte de falso doble pivote. El otro interior fue Xavi, fresco y agradecido de que el Celtic no fuera ni intenso ni pegajoso. Los canteranos sometieron al campeón escocés y con el equipo asentado en campo rival –que tampoco opuso mucha resistencia-, todo fue más fácil, tanto así que Montoya y Adriano “llegaron” por fuera una y otra vez. Ningún equipo como el Barça para habilitar los carriles exteriores a sus laterales… cuando juega bien.

Neymar marcó su primer hat-trick y será dueño de todas las portadas, pero el mejor del partido fue Busquets. “Él determina a qué vamos a jugar”, confesó Martino tras la victoria. Martí Perarnau bautizó a Messi como el asesino de adjetivos, pero Sergio constantemente nos da razones para considerar si el 10 es el único que merece tal elogio. Sin temor de exaltarlo más de la cuenta, yo creo que no.

Este fin de semana, el Villarreal visitará el Camp Nou sin Cani ni Bruno. Bajas sensibles, pero el submarino amarillo dará guerra. Un termómetro ideal y necesario para medir al líder, que ayer miró su reflejo en la laguna luego de varias semanas de revolcarse en el fango. Poco importa el contexto pues, en estos momentos, el Barça necesita más confianza en su fútbol que su fútbol mismo.

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