La
noche separa al ocaso del día siguiente. Esta es la metáfora
perfecta para describir lo que son los ciclos en el deporte. Un
equipo como el Barcelona que ha maravillado al mundo y llenado sus
vitrinas con el mejor fútbol que se ha visto nunca, finalmente
contempla cómo se pone su Sol. Es el fin de una era exitosa como
pocas, y es tarea del club que la noche y la penumbra se deslicen
como una estrella fugaz en su historia, para comenzar tan pronto como
sea posible un nuevo ciclo victorioso.
Ésto
deberá hacerlo sin varios de sus viejos bastiones: Valdés y Puyol
no seguirán oficialmente, y a falta de confirmación, tampoco Alves;
además, la continuidad de Xavi pende de un hilo. Estas bajas unidas
a la 2013-14 como primera temporada en blanco tras más de un lustro
hacen irrefutable la necesidad de un borrón y cuenta nueva
reparador, para construir un nuevo proyecto liderado por Luis Enrique
y los futbolistas que aleje definitivamente esa decrepitud y
disgregación que atenaza al equipo.