miércoles, 24 de julio de 2013

Xavi 2013/14


Xavi ya no está para competir en la élite, cuando el ritmo del partido es alto. Desde que debutara en el primer equipo del Barça el 18 de agosto de 1998 hasta hoy, Hernández sufre siempre que el campo de juego se convierte en una autopista de velocistas, pues lo suyo es la pausa, las posesiones largas, la maduración, esa cavilación parsimoniosa de la jugada que lo hace único.

Como afirmé con anterioridad, que a Xavi le supere el ritmo es un problema tan viejo como su debut, y entonces ¿cómo se explica que fuera considerado el mejor centrocampista del mundo por tantos años? Porque el 6 entendió su defecto, supo cómo neutralizarlo y efectivamente, lo hizo. Su inteligencia y técnica le permitían elegir y ejecutar siempre la mejor opción. Y por si esto fuera poco, su giro 360° hacía inconcebible que se le pudiese arrebatar su propiedad. Dadas estas condiciones, rebelarse ante el sometimiento del cerebro era absurdo.

Todo iba de las mil maravillas hasta el verano de 2011, cuando la edad y los problemas físicos empezaron a hacer mella en Hernández. Su capacidad para girar menguó y en consecuencia, los rivales decidieron hacerle un marcaje más pegajoso, conscientes de la dificultad que le entrañaba virar sobre su eje.

Para no repetir lo dicho mil veces, resumiré que Xavi se asentó como interior adelantado por un tiempo, hasta que Vilanova decidió devolverlo a la base en una decisión más psicológica que táctica. El 6 terminaría la temporada 2012-13 como mediocentro organizador, sufriendo el peso de la jugada y mirando más a Valdés que al doble pivote rival. Recibir entre líneas, su nuevo rol, ya no le era tan fácil como antes.

Entonces, ¿qué queda de Xavi? ¿Puede seguir siendo útil al Barça? La respuesta es un rotundo sí, como un “revulsivo” desde el banquillo –que no es, porque no agita las olas: las calma-, y como protagonista de ciertos contextos, pero ya no como titular indiscutible. Su incapacidad para girar, recibir y soltar con un marcador encima no es razón suficiente para jubilarlo, pues Xavi aún es un futbolista fabuloso.

Sin ir más lejos, Hernández seguirá siendo importante ante equipos como el Levante –aunque sea ahora dirigido por Caparrós-, que plantean de inicio un repliegue excesivamente bajo y una actitud eminentemente defensiva y contragolpeadora, permitiendo al 6 montar sus cuarteles en la frontal del área y gobernar el partido. Los rivales que le juegan así al Barça son bastantes y de un nivel muy variado –desde el Celtic hasta el Chelsea-, y Xavi seguramente no defraudará en estas citas.

Tampoco se puede olvidar al Xavi que sale del banquillo a la hora de juego cuando las cosas están mal o se tiene que conservar un resultado. El de Terrassa entra fresco contra rivales disminuidos por el cansancio, y así le es posible imponer su ritmo. Esto no es especulación, pues Hernández ya cumplió dicha función la pasada temporada. Considérense como ejemplos, los partidos ligueros ante el Granada y ante el Sevilla de la primera y segunda vuelta respectivamente, en los que Xavi entró a los sesenta minutos, gobernó y cambió tendencias.

Lo que no se puede pretender es que Xavi salga de inicio contra el Real Madrid o el Bayern Múnich e imponga su yugo, porque eso quedó en el pasado.

En definitiva, Gerardo Martino tiene que darle a Xavi un nuevo rol y éste asumirlo, pues, siendo francos, es “menos buen” futbolista que hace unos años. Lo esperado es que Hernández empiece la temporada como titular, pero que con el paso de los partidos vaya cediéndola. Algo que, de haberse realizado el año pasado, habría evitado el problema que supone frenar al borde del barranco.

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