Dos equipos se enfrentaron ayer con el
objetivo de recuperar sensaciones y despejar las dudas que se ciernen sobre su
juego. Uno ganó crédito por su victoria y por cómo la consiguió, y el otro no
mejoró ni empeoró, pues perder en el Camp Nou es lo normal para el que lo
visita.
El partido fue engañoso: el resultado miente, pues debió ser mucho más abultado, y el juego también, pues no fue consecuencia exclusiva de la excelencia blaugrana –no en cotas comunes-, sino del pobre rendimiento vasco.
El partido fue engañoso: el resultado miente, pues debió ser mucho más abultado, y el juego también, pues no fue consecuencia exclusiva de la excelencia blaugrana –no en cotas comunes-, sino del pobre rendimiento vasco.